Brasilia, julio de 2025 – La situación política interna de Brasil continúa marcada por una fuerte polarización, tensiones entre los poderes del Estado y desafíos económicos que han condicionado la gobernabilidad del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en su tercer mandato. Mientras sectores sociales respaldan sus políticas redistributivas, la oposición política y ciertos actores institucionales cuestionan decisiones clave que han reavivado viejas divisiones.
Por Hernán Porras Molina / EntornoInteligente.com/ Brasil navega aguas turbulentas entre tensiones políticas, polarización social y reformas clave que marcarán el rumbo del país en los próximos años
Brasilia, julio de 2025 – La situación política interna de Brasil continúa marcada por una fuerte polarización, tensiones entre los poderes del Estado y desafíos económicos que han condicionado la gobernabilidad del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en su tercer mandato. Mientras sectores sociales respaldan sus políticas redistributivas, la oposición política y ciertos actores institucionales cuestionan decisiones clave que han reavivado viejas divisiones.
**Relación tensa entre Lula y el Congreso**
Uno de los puntos más delicados del escenario político es la compleja relación entre el Ejecutivo y el Congreso Nacional. El presidente Lula ha impulsado una agenda social centrada en la reducción de la desigualdad, el fortalecimiento de programas sociales y la inversión en infraestructura, pero sus iniciativas han encontrado obstáculos legislativos. El Congreso, con mayoría conservadora en varias comisiones estratégicas, ha bloqueado o ralentizado proyectos clave, forzando al gobierno a negociar constantemente para evitar la parálisis institucional.
**Presión judicial y conflictos con el poder militar**
La Corte Suprema ha jugado un papel fundamental en decisiones de alto impacto político, lo que ha generado roces entre el Poder Judicial y figuras del Ejecutivo. Además, persisten tensiones con sectores de las Fuerzas Armadas, especialmente luego de las investigaciones relacionadas con los eventos del 8 de enero de 2023, cuando bolsonaristas radicales atacaron las instituciones democráticas. Aunque Lula ha buscado restablecer el equilibrio institucional, el fantasma del autoritarismo sigue presente en la narrativa política nacional.
**Avances sociales y desafíos económicos**
El gobierno ha logrado avances en materia de salud pública, educación y políticas de inclusión, pero la desaceleración económica y la inflación han restado impulso a sus logros. El real brasileño ha mostrado señales de debilidad frente al dólar, y sectores empresariales han manifestado preocupación por el aumento del gasto público. Sin embargo, Lula ha defendido su política fiscal como una herramienta para combatir la pobreza y reactivar el crecimiento.
**Polarización social y control de la información**
Brasil continúa enfrentando un clima de confrontación ideológica alimentado por redes sociales y medios alternativos. El discurso de odio, las fake news y los ataques contra figuras públicas han aumentado. El gobierno ha propuesto medidas para regular el entorno digital, generando apoyo entre sectores progresistas y rechazo entre defensores de la libertad de expresión, quienes temen censura encubierta.
**El factor Bolsonaro sigue presente**
A pesar de haber perdido las elecciones, el expresidente Jair Bolsonaro conserva una base de apoyo importante, especialmente en regiones del centro-oeste y sur del país. Aunque enfrenta procesos judiciales y una posible inhabilitación política, su influencia dentro de la oposición y en la opinión pública continúa siendo significativa. Su figura polariza y condiciona el debate nacional.
**¿Hacia dónde va Brasil?**
Con dos años por delante en su mandato, Lula enfrenta el reto de mantener la estabilidad institucional, avanzar en su agenda social sin romper con los equilibrios fiscales, y evitar que la polarización escale a niveles de ingobernabilidad. El país observa con atención cada paso de su clase política, mientras se prepara para nuevas elecciones municipales en 2026 que podrían reconfigurar el tablero de poder.